Carlos dejó su país con una mochila pequeña y una gran esperanza. Quería una vida mejor en España, un lugar que imaginaba seguro y lleno de oportunidades. Sin embargo, el camino fue largo y doloroso. Cruzó fronteras caminando durante días, durmió al aire libre y dependió de la ayuda de desconocidos para comer.
Cuando finalmente llegó a la costa española, Carlos sintió alivio. Pero su sufrimiento no terminó. Vivía en un centro de acogida lleno de otros inmigrantes, esperando que sus documentos fueran aprobados. Cada día estaba lleno de incertidumbre. Se preocupaba por su familia en casa y temía ser devuelto a su país.
La barrera del idioma hacía todo más difícil. Incluso tareas simples, como comprar pan o pedir direcciones, se volvían estresantes. Algunas personas mostraban amabilidad, enseñándole palabras y dándole consejos. Otras lo miraban con desconfianza, haciéndolo sentir un extraño.
Carlos quería trabajar y contribuir a la sociedad, pero sin documentos legales, era imposible. El tiempo pasaba lentamente y el peso de la espera crecía. Las noches estaban llenas de miedo, pero también de sueños de un futuro donde podría sentirse aceptado.
Los inmigrantes como Carlos llevan heridas invisibles — soledad, miedo y esperanza mezclados. Sus historias nos recuerdan que detrás de cada rostro hay un viaje de coraje, sacrificio y supervivencia.
Palabras Nuevas para Recordar
- Acogida: lugar seguro donde recibir a alguien
- Desconfianza: falta de confianza hacia alguien
- Barrera: algo que dificulta el progreso
- Contribuir: dar o aportar algo valioso
- Sacrificio: renunciar a algo importante por un bien mayor
Lingua Bites 
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